jueves, 2 de julio de 2015

Entrevista a Emilio Balcarce: “Yo escribo ciencia ficción para evadirme de la cruda realidad que tengo que contar a diario”


Por Gabriel Zárate

Emilio Balcarce (1956), periodista de profesión y guionista de historietas por vocación, es uno de los más talentosos autores de su generación surgidos en Argentina, el mejor de los dedicados a la temática de la ciencia ficción y también uno de los menos conocidos por el gran público hispano. Agradecemos a Emilio por la enorme gentileza de concedernos una generosa entrevista para “El lector de historietas” y reiteramos nuestra admiración por su talentosa obra. También un agradecimiento a Juan  Carlos Massa por la valiosa información gentilmente proporcionada.

Emilio, coméntanos sobre las primeras lecturas de comics que despertaron  tu vocación por el noveno arte ¿En qué circunstancias surge el interés por la CIFI, temática central en tu obra? ¿Qué autores de CIFI te influyeron como narrador? ¿Fue la literatura, el cine, el comic tu principal  fuente de inspiración? ¿En qué  contexto de vida empezó  a gestarse el Emilio Balcarce, guionista de comics? ¿Cómo surge el oficio de narrar, esa necesidad por contar historias y en especial de CIFI?

Mi amor por la historieta surgió de mi pasión por el cine. ¿Qué más parecido a la gran  pantalla que  los  cuadros   de   los   comics,  con  sus panorámicas  y  sus secuencias? La historieta es el cine dibujado para mí. Y el primer comic que dibujé, porque yo inicialmente quería ser dibujante, fue la adaptación de la película Guerra de los Mundos, de George Pal. También era mi manera de tener en forma física el film que me había encantado, ya que nací en 1956, 20 años antes del surgimiento de las cintas de VHS. Después comencé a hacer adaptaciones de películas de James Bond,  otro   de  mis fanatismos,  hasta  que  quise  guionar   y  dibujar  mis   propias historias. 

Mis mayores influencias fueron los autores de CF: Arthur C. Clarke, Ray Bradbury, Isaac Asimov y Robert Sheckley, y también el terror de Edgar Allan Poe. Y mi estilo surgió  de  los finales sorpresivos de las series  de TV: Rumbo a  lo Desconocido y Dimensión Desconocida, de las revistas de historietas de Vampirella y Dr. Tetrik, de películas como El Planeta de los Simios original, La Máquina del Tiempo de George Pal, y otras con sorpresa final. Yo quería lograr eso, sorprender al lector como me sorprendieron a mí. 

Comenzaste con Ediciones Record trabajando numerosas aventuras unitarias de excepcional  calidad,  que  como  lector  no  he  olvidado. ¿Qué recuerdos  conservas de aquellos años de formación? ¿Qué balance tienes sobre el rol de Récord en la historieta argentina y sobre la polémica imagen de Alfredo Scutti tan controvertido en su labor de editor de comics por exigir la total cesión de derechos de los autores? ¿Hay alguna forma de rescatar tus unitarias de antología en una compilación para los lectores que no conocen esta faceta de tu extensa producción?

Yo entré a Ediciones Record de la mano de Alberto Salinas, el hijo del gran José Luis Salinas.  Mi madre era enfermera y tuvo que aplicarle unas inyecciones y  le contó de mi pasión por los comics. Yo me había cansado de recorrer editoriales y rebotar en todas; Alberto tuvo   la   enorme generosidad de presentarle mis historietas a  Alfredo Scutti. Finalmente gustaron más mis   guiones   que  los dibujos, y así comenzó  mi carrera como guionista. Scutti nos  pagaba  por  una publicación  en Argentina y se quedaba con los derechos de autor, pero después nos enteramos que también las publicaba en Italia. Hubo varios autores que le iniciaron juicio y le ganaron, como Chiche Medrano, pero yo siempre le estuve agradecido por dejarme trabajar en lo que más me gustaba.

Mis unitarias las rescato un fan mío, el gran Juan Carlos Massa (esta en Facebook por si quieren contactarlo) y subió compilaciones a Internet   para difundir  mi   obra.  Scutti   le vendió  esas  unitarias  a  una  empresa uruguaya, las mías y las de todos los autores, así que habría que ver si hay algún editor interesado en rescatarlas. De aquellos tiempos recuerdo que uno no elegía su dibujante, era Scutti el que destinaba los guiones a sus artistas, y tuve la suerte de trabajar así con los más grandes, como Lucho Olivera, Juan Zanotto, Juan Giménez, Arturo del Castillo, Eugenio Zoppi, Meglia y Enrique Breccia.

Coméntanos sobre tu mayor obra publicada en Record: “Crónicas del tiempo medio”. ¿Cuáles son las principales virtudes de esta extensa serie que la ha vuelto trascendental en la historia de comic argentino? ¿Por qué una obra tan importante no ha sido reeditada en Argentina para ser valorada por una nueva generación de lectores? Háblanos sobre el gran Juan Zanotto (1935 ­- 2005)  que  conociste  y  tuviste  como compañero  de creación ¿Cómo era trabajar con un dibujante del nivel internacional de Zanotto? ¿Qué es lo que más recuerdas de él como persona?

Trabajar con Zanotto fue el ideal de trabajo para mi, ya que nos reuníamos para intercambiar ideas,  y  siempre  dije  que  dos  cabezas piensan  más que  una.  Nos marcábamos errores  mutuamente,   buscando   siempre la excelencia   de   nuestras historias. Crónicas del Tiempo Medio fue mi primera serie. En un principio Zanotto no estaba del todo convencido de hacer una saga conmigo, y me propuso hacer unitarias   que  transcurrieran  en un futuro similar   al   que   mostraba   la   primera Terminator, con  una guerra   entre   hombres  y maquinas.   Por   eso   los primeros capítulos parecen unitarios, pero después le gustaron tanto que decidimos unir los personajes en una serie. Como la primera saga ganó en Argentina el premio el Eternauta y tuvo una gran repercusión  en  Italia,  decidimos  hacer la Trilogía. 

Zanotto   era   uno   de   los   pocos dibujantes que supera lo que uno imagina. Es decir, cuando pienso un guión lo imagino como una superproducción, un tanque de Hollywood con todos los chiches, y Zanotto superaba lo que yo imaginaba con sus diseños. Hay editores argentinos y uno   italiano   interesados  en  reeditarla,   y   yo  y   las  hijas  de  Zanotto tenemos   los derechos. Ojalá algún día concreten. Yo incluso hace poco ofrecí una precuela de la serie   a   los   italianos,  pero  me   dijeron  que  ya  no  querían  mas  series postapocalipticas.

La crisis de inicios de los noventas destruyó la industria editorial argentina y te consolidó en el  oficio  de  redactor  policial  del  diario Crónica, trabajo  que empezaste  muy  joven. Descríbenos tu labor periodística: Editor de policiales. ¿Cómo fue pasar de guionista decómics a trabajar para  la prensa,  de  imaginar   la  CIFI  a describir   la cruda realidad del crimen?   ¿Alguna   vez   has   tomado   ideas   de   la   prensa   para llevarlas   al   comic?   ¿El periodismo es una vocación al igual que el comic o es un trabajo para pagar las cuentas? ¿Se puede vivir solo publicando guiones de historieta?

Yo me casé  y al  día siguiente me quedé sin trabajo en las cuatro editoriales de historietas en las que trabajaba. Todas cerraron al mismo tiempo. Me salvó la vida Alejandro Wolfensohn, un editor  de Viva,  una revista para adultos, de desnudos femeninos. Yo estaba haciendo para la revista historietas SEX, comics eróticos y una serie, Kama Fu, con un  monje Shaolin que era experto en el Kamasutra. Él me ofreció escribir cuentos eróticos para la revista Viva y eso me dio de comer durante un año. Mis cuentos le gustaron a Francisco Loiacono, que había sido contratado por Héctor Ricardo García, el dueño de Crónica, para hacer la primera revista de policiales de la Argentina: ESTO! “¿Te animas a novelar hechos policiales reales?”,  me preguntó Loiacono y yo le dije que sí, y así entre a Editorial Sarmiento, la editora del  diario  Crónica,  y  comencé  a   formarme como periodista. 

Hice  toda  la  carrera desde redactor en la revista ESTO! hasta cuando cerró, de secretario de redacción, a convertirme en jefe de la sección Policiales del diario Crónica, algo que nunca me imaginé que iba a llegar a ser. Yo escribo ciencia ficción para evadirme de la cruda realidad que tengo que contar a diario. Lo que más me sigue gustando es hacer historieta, pero el periodismo es lo que me da de comer. No conozco guionista de este país que haya logrado vivir de la historieta, y menos cuando hay una familia que mantener. El único  quizás  sea  Robin  Wood. Hasta  Carlos  Trillo  trabajaba  en  una  agencia  de publicidad.

Hache y R.E.M dibujadas por un juvenil Leonardo Manco destacan dentro de tu obra. Nunca   volviste   a   tener   a Manco como dibujante  ¿Hay   alguna   razón   en   especial? Manco públicamente ha reiterado su admiración por Emilio Balcarce ¿Podrían volver a trabajar juntos?  Aparte, ¿qué método empleas con tus dibujantes? ¿Sueles reunirte con ellos para discutir el guión?, ¿aceptas sus sugerencias?, ¿empiezas con un boceto que luego ambos desarrollan? ¿Con que dibujantes has tenido una mayor química creativa a lo largo de tu trayectoria?

Manco no hacía honor a su nombre, era un grandísimo dibujante. Lo es aún hoy en día, pero luego de trabajar para Estados Unidos ahora está más involucrado con el mundo del  cine  y  no  hace  más  historietas.  Yo me separé  de él  porque  en  sus comienzos era un poco rebelde, no acataba mis indicaciones y después era Scutti el que le hacía corregir lo que yo le había marcado, y también porque increíblemente a los italianos en los comienzos no les gustó  su trabajo. Recién publicaron R.E.M. años después y  Hache creo que  nunca   la   editaron  allá. Creo   tener  buen  olfato para descubrir jóvenes   valores   y   estaba   seguro   que  Leo   iba   a  llegar  lejos como finalmente lo logró. Hace poco nos reencontramos en el Facebook y aclaramos los tantos, pero después desapareció y nunca más volví a verlo.

Con Manco, al igual que con Zanotto, también nos reuníamos para intercambiar ideas. Como ya lo dije antes, es la manera ideal de trabajar. Yo les presento el guión y ellos me plantean sus dudas y/o sugerencias y las charlamos. Ellos generalmente me muestran sus bocetos y yo les hago sugerencias. Me he llevado muy bien con Zanotto, Giménez, Jok y Garavano en  materia  creativa. Y  hay  otros   difíciles que  no  aceptan sugerencias de ningún tipo, pero no voy a escracharlos aquí.

¿En qué momento comenzaste a retomar tu producción para Italia? ¿Cómo tomaste la decisión de volver a escribir  guiones y construiste el vinculo profesional  con Guillermo Dones, Jok y Diego  Garavano (con quien   realizaron   juntos Terra  madre y Tudo  bem, que pronto será publicada en Brasil), los talentosos dibujantes con quienes publicaste en los  últimos  años?  ¿Tu  relación profesional  con  ellos  cómo  la sintetizas?  ¿Cuál   es   tu balance  de   los   trabajos  para Italia que marcaron   tu   retorno  a   la  historieta?  ¿Por  qué elegiste volver al comic, después de más de 20 años de ausencia?

El gran impulsor de mi retorno a la historieta fue Horacio Ceferino López, uno de mis redactores de policiales del Diario Crónica. Yo estaba como despechado, me lastimó la forma en que la historieta que tanto  amaba me había abandonado, y él quería   hacer   comics   a  toda costa.   Entonces   le   propuse   hacer FUNERAL,  yo escribiría el guión a partir de una historia que tenía en la cabeza desde hace 20 años, el diseñaría los personajes y haría correcciones de estilo y conseguiría el dibujante. A través de  Internet  contactó  a  Jok,  que me dijo que me conocía  de Crónicas del Tiempo Medio y que no podía creer que tenía la oportunidad de trabajar conmigo. Hizo las muestras y yo me contacte con la editorial Eura de Italia, para la que había trabajado con Scutti y la aceptaron. Y así vinieron Funeral, Terminal, Knightmare y Valkiria, cuatro series con Jok.

Como vi que a los italianos otra vez les gustaba mi trabajo contacte  a Guillermo   Dones,  un dibujante  rosarino  con  el  que  había trabajado para Record y le  propuse hacer  series para  los  italianos.  Así   llegaron Cazadores, Marea Roja,  Lovechip, Hyde y El Centinela. Y Dones me contacto a su vez con  su  colorista,  Diego  Garavano,  quien  también tenía  ganas  de hacer historietas. Y con el hicimos Terra Madre (la continuación de Ecológicas, una serie que con Eduardo Santellán quedo trunca en la Fierro luego de que se publicaran solo dos capítulos). Eran minihistorias  de  2 páginas, y  llegamos  a  las 100 publicadas, fue un gran éxito en Italia.

Después con Garavano vinieron Tudo Bem, Monterrey, Nación India y Hikikomori. Y hasta hicimos tiras cómicas del inspector Polifemo para Policiales de Crónica. Estoy muy orgulloso de las veinte series que hicimos para Italia, es una pena que nadie se interese en editarlas en la Argentina. Creo que los jóvenes editores argentinos creen que soy un anciano y estoy para el geriátrico,  pero   tengo   59   años,  porque comencé  muy  joven. Y estoy  muy actualizado.

Hay una mayor valoración para la historieta de autor que para la de género y lo mismo ocurre con la  literatura. Ray Bradbury era un genuino escritor,  pero quedó  encasillado como narrador de CIFI. ¿Piensas que lo mismo ha ocurrido contigo? Desde los ochentas empieza una crisis del narrar. ¿Cómo percibes esa nueva etapa donde las historietas se centran en anécdotas nimias, intrascendentes casi minimalistas y la conflictiva aventura no tiene lugar, prevaleciendo la descripción costumbrista de lo cotidiano?

Estoy muy contento si me han encasillado como autor de CF porque es lo que siempre   quise ser,   aunque  he  escrito historietas bélicas, policiales y westerns también. La historieta actual va a contramano del cine, porque las más taquilleras son   las   películas de  ciencia  ficción   donde   prevalece la aventura. Los editores argentinos no se dan cuenta que lo que más vende son el manga y los superhéroes, que no son otra cosa que aventuras. Creo que el dilema está muy bien planteado en la película Birdman, que trata sobre un actor que personificó a un superhéroe de gran éxito y quiere hacer una obra de teatro de autor, más elevada e intelectual, y al final termina dándose cuenta de que no se puede ir contra los gustos de la mayoría.

Funeral es  la única novela gráfica tuya publicada en Argentina en los últimos años. ¿Qué sucede con la actual industria editorial argentina que no le da mayor importancia a una enorme   producción   de   autores locales   producida   para   el   exterior   e  inédita  en castellano? ¿Qué impresión te causa saber que eres valorado por un pequeño círculo de conocedores  y que  la mayoría de  lectores  desconoce  tu  extensa y valiosa producción europea?  ¿Piensas   que   la  imagen  del   la  muerte de Dios en  un mundo laico guarda relación con nuestro presente hedonista del  triunfo de la sociedad de consumo que ha engendrado un colapso ecológico que nos remonta a las peores pesadillas de la CIFI?

Funeral la escribí en un momento en que estaba muy enojado con Dios, porque no me  ayudaba con   la   enfermedad  de mi  hermano  y  de  mi  madre,  que  finalmente murieron, pero sigo creyendo firmemente en su existencia. Si creo que hemos arruinado el mundo y ya no hay marcha atrás. La ciencia ficción siempre insistía con el Apocalipsis atómico, que hoy en día no está descartado con la nueva guerra fría y el terrorismo, pero ya tenemos el Apocalipsis de la naturaleza, que va a terminar echándonos del planeta a patadas por lo que hicimos con el mismo. Y en cuanto a la actual industria editorial argentina, está tratando de resurgir del Apocalipsis en un momento en que el  papel está en vías de extinción. Es todo muy difícil, todo se limita a editoriales de un solo hombre, autoediciones, a regalar tu material para tener la dicha de verlo publicado, etc.

No hay mercado para que alguien se arriesgue: Yo trabajé en el tiempo en que de una revista se vendían 10 mil ejemplares, como la Skorpio,  y ahora  un libro  de  historietas  no  vende  más  de  600.  Aparte  nos  han colonizado los superhéroes yanquis y japoneses. Son los que más venden y nadie quiere arriesgarse probando otra cosa. Tengo más de 20 series editadas en Italia esperando   ser   publicadas   en  nuestro país   y   me   gustaría  que las nuevas generaciones las conocieran, pero lamentablemente ello no depende de mí.

Colaboraste   junto  a Marcelo   Pérez y Matías   Santellán en   la   primera Fierro de los ochentas. ¿Porque te has mantenido al margen de la actual Fierro? También has formado parte  de un proyecto como Ultramar,  de Spiral  Editorial además  de  las anunciadas y esperadas publicaciones de Rebrote y Zona Cero ¿Cuál es tú perspectiva de esta nueva aventura  editora?  ¿Piensas  que   las   revistas   tendrán  la   repercusión que merecen,  con todos los prestigiosos autores que han logrado convocar?  

Me han mantenido al margen de la actual Fierro, su actual director, Lautaro Ortiz, no me tiene en cuenta, pese a que integre durante años el staff de la primera Fierro, la mejor.  Me   ignora  olímpicamente,  ni  siquiera se  acordó de    en  el  número aniversario. ¿Y  todo  por  qué?  Porque  me enoje  con él,  porque  me  tuvo  meses esperando para darme una respuesta por unas series de Jok que le ofrecí. Que me dijo que eran muy buenas, pero nunca se definía ni siquiera por el “no me interesa”. Y me enojé. Le pedí disculpas tiempo después por eso, pero no me contesto. Se ha perdido el respeto, parece.  

Por  suerte  hay  nuevos   proyectos   que   estoy apoyando,  como  el  de las   revistas   del  Grupo   Rebrote   que   siempre   están amenazando con aparecer, o la Ultramar, que está próxima a salir. También está la posibilidad de que un editor rosarino publique el álbum de Knightmare de Jok este año. Aventuras editoriales que vuelven a apostar por la aventura, por la historieta de género. Ojalá prosperen y convenzan a las demás que la historieta de autor no es lo único que vale. Y abran nuevas fuentes de trabajo.

Hay un proyecto que vienes realizando junto al gran dibujante  Walther Taborda, una aventura aérea de hermosas páginas. Cuéntanos los detalles sobre este nuevo comic, su surgimiento y confírmanos si será editado por Paquet. ¿Es tu primer trabajo por encargo para ser publicado  en  el  mercado  francés? ¿En  que  otros  proyectos estas abocado actualmente? Menciónanos los dibujantes que te acompañan en las nuevas historias que sin descanso estas imaginando.

Con Taborda estamos haciendo  la serie ESQUIRLAS, cuatro relatos bélicos muy diferentes entre sí, unidos por el final sorpresivo. Son el otro lado de la guerra, porque  sus  protagonistas   son   alemanes   y japoneses. La idea es ofrecérsela a Paquet, pero por ahora estamos haciéndola para Editorial Aurea (la que antes era Eura), de Italia. Hace mucho tiempo que quería trabajar con Taborda, así que es un sueño hecho realidad. Para mí es como volver a trabajar con Zanotto o Giménez. No es un trabajo por encargo, la íbamos a hacer con Diego Garavano para Italia, pero después de 5 años de trabajo continuado los italianos decidieron no comprarle más historietas. Lo mismo pasó con Jok y Dones. Son esas decisiones editoriales que uno nunca termina de entender.

Creo que somos los pocos argentinos que quedan trabajando para ellos y nuestra intención con Taborda es tratar de entrar también en el mercado francés  con  otra  serie  bélica. También  estoy  haciendo  una  serie  de guerra  con  Silvio  Daniel  Kiko,  llamada  ANIMALES  EN  GUERRA,   para la   revista Ultramar. Estoy preparando  historias  con  varios dibujantes para   la  Heavy  Metal Magazine de Estados Unidos, donde recientemente publiqué Matroska, con Gonzalo Ruggieri, que se editó en simultáneo en España, en la revista Chutulhu, y se editará también en Argentina, en la revista Ultramar. Y nos presentamos en el concurso de la nueva edición de Crack Bang y Boom de Rosario con una historieta breve de ciencia ficción que hicimos a color con Diego Garavano, que se llama VINTAGE.

“El   extraño   juicio   a  Roy  Ely”  es   un  sensacional   unitario   dibujado por   el   gran historietista Juan  Giménez,   que  será  próximamente homenajeado  en  el   festival Crack Bang   Boom 2015 de Rosario.   ¿Qué lugar   ocupa   este   comic   en   tu   obra?  ¿Sueles participas o asistir  a los numerosos festivales de historietas en Argentina? ¿Afirmarías que parte del gremio del comic no reconoce la valía de tu obra? ¿A que lo atribuyes?

El extraño Juicio a Roy Ely es uno de mis mejores unitarios, solo tres pude hacer con mi amigo, el gran Juan Giménez. No tuve la suerte que me diera la oportunidad de una serie, pero este comic me dio grandes satisfacciones y cumplir el sueño de ver mi nombre en una película: “Megabit”, de Oscar Saportiti,  la adaptación de esa historieta a un video para televisión de 40 minutos de duración. Lamentablemente no llegó a  la  pantalla grande ni a  la  chica, solo se proyectó en convenciones y muestras, pero bueno, puedo decir que tuve mi película basada en una historieta mía. Incluso participé activamente en el set de filmación y fui uno de los extras.

No suelo participar de los festivales de historieta, soy bastante tímido y no me gusta hablar en público, aparte de que mi trabajo en el diario complica mi asistencia. Solo participé de dos, que organizaron Ediciones Record y Fierro. No sé si el gremio del comic no reconoce mi obra, a través del Facebook he descubierto a muchos colegas que siempre me recuerdan y he conocido a fans increíbles aquí y del exterior. Si he visto  que varios editores de  Historias  de  la  Historieta  se  olvidaron de mi, como Sasturain,  Saccomanno y Trillo. Pero bueno, hay mucho de amiguismo en esas ediciones.

Emilio  Balcarce tiene  una extensa obra  con mucho  material   inédito  en  español  y también  historietas  muy  valiosas  por ser rescatadas. En Argentina hay un contexto positivo y  favorable de resurgimiento del comic en la última década ¿Has pensado en formas de auto publicación como el verkami o el crowdfunding  para poder financiar tus propios comics? ¿No te parece injusto que tus historietas no se editen en Argentina, con más de veinte series creadas?

Me acabo de enterar con esta entrevista que existían el verkami y el crowdfunding. Habrá que ver de que se trata y si es efectivo.  Que mis historietas no se editen en la Argentina  no  me   parece   injusto,   sino lamentable. Y  hay  muchos  en  mi  misma condición, esperando un editor que se  juegue por algo que no sea de autor.  Yo estoy convencido que no se arrepentirá. Incluso hasta le daría el handicap de que no me pague adelanto y solo me abone un porcentaje por contrato de las ventas que consiga con mis libros.

Nunca incursionaste en dictar talleres de guión. ¿A qué se debe ello, cuando muchos autores han hecho docencia? Hay algún consejo que darías a quien quiere empezar a desarrollar guiones de historietas. Solías emplear el final sorpresa en tus guiones unitarios. ¿Hay alguna   fórmula  que garantiza  el  éxito  de  un  guión?  ¿De qué depende que una historieta logre la trascendencia? ¿Qué guionistas de tu juventud recuerdas como colegas y amigos? ¿Te animarías a mencionar  a guionistas  actuales que hayan despertado  tu atención como lector? ¿Cuál es la metodología de trabajo que empleas para desarrollar las ideas que luego conviertes en guiones y cuales suelen ser tus fuentes de inspiración de las mismas?

Creo que  la   falta  de  trabajo  ha  llevado a muchos artistas  de historietas a hacer docencia. Yo por suerte no necesite de eso, gracias a mi trabajo de periodista que me permite  despuntar  el  vicio  cuando puedo.  Hay otros como Taborda  que han estudiado para ser docentes, yo por mi timidez creo que no sirvo para dar clases. Tampoco tengo idea de cómo hacerlo. Simplemente me gusta guionar, que lo que hago se lea y trascienda. No hay formulas para el éxito.

Muchas veces lo que uno cree un éxito seguro se convierte en fracaso y viceversa. Yo trato de ser siempre original  y darle   al   lector  lo  que me  gustaría  que  me  brinden a mí, que es entretenimiento  y diversión, dejando siempre algún mensaje. En mi caso habitualmente  lo hago  con  la  ecología, tema que me preocupa bastante. Siempre mis historias tienen alguna crítica social, soy un observador crítico del mundo y mucha influencia cinematográfica.  Mi  método  es  siempre   pensar   un   final sorpresivo   y luego  armar  toda  la   historia para   llegar  a  eso. Y meterle mucha metáfora, ironía, paradoja y toques de humor.

De los guionistas argentinos actuales me gusta mucho Diego Agrimbau, aunque haga algo totalmente diferente a lo mío y de los extranjeros Frank Miller. Y de mi juventud, no tuve amigos guionistas, solo dibujantes, aunque siempre que nos encontrábamos me divertía mucho charlar con el   loco  Ricardo  Barreiro, a  quien admiraba mucho. Conocí a Trillo, pero me desconcertó mucho cuando le llevé un Alvar Mayor para que me dé su autógrafo y me puso “Emilio, leer esto le va a secar el bocho”. No sé si fue falsa modestia o no amaba tanto la historieta como yo.

Horacio Altuna comentaba que toda su obra circula en internet (sin su permiso) y el nunca ha visto un centavo de ello. ¿Qué opinas de internet, en cuanto a un ciberespacio que permite a muchos autores jóvenes darse a conocer y a su vez fomenta la piratería? Justo has presenciado esta revolución de las telecomunicaciones que también mejoran la interconexión para realizar una obra, a diferencia de los ochentas ¿Como los historietistas deben posesionarse frente al fenómeno global de internet? ¿Como autor de CIFI Emilio Balcarce piensa que  la tecnología y el   industrialismo  implican un problema mayor que cualquier ventaja que nos ofrezcan?

A mí no me molesta que mi obra circule por Internet sin mi permiso, siempre que sea material ya editado. Es una forma de que más gente en el mundo conozca tu trabajo y quizás te dé más posibilidades de trabajo también. Yo a través del facebook he conseguido contactos laborales, como con Taborda por ejemplo. La piratería existe por culpa de lo que cobran las empresas. No pueden cobrar 100 pesos un DVD si uno lo consigue una copia a 10 pesos o gratis por Internet, cuando un DVD virgen cuesta 4 pesos. Igualmente el fenómeno global está obligando a las editoriales a pensar  nuevas formas de   comercializar   sus  ediciones, porque   el  papel   esta  en extinción y las nuevas generaciones solo leen lo que ven en la pantalla de un celular o de una PC.

Hay que repensarlo todo. Para mí, trabajar nuevamente en la historieta fue como despertar de la hibernación como los astronautas de Alíen después de estar meses o años dormidos. Me encontré con un nuevo mundo. Antes los guiones los hacía en una máquina de escribir y tenía que borrar o empezar de nuevo cuando quería cambiar algo. Ahora es cortar y pegar. Antes tenía que ir a una biblioteca a documentarme, ahora   todo   está   en   la   web.  Y cuando googleo  me  surgen  mil relaciones para enriquecer una historia. Las relaciones con las editoriales antes eran por teléfono y correo, ahora todo es por la PC, trabajo para tipos que nunca conocí y que me pagan encima, también por la web. Y los dibujantes antes tenían que dibujar un fuego y ahora pueden pegar un fuego real. Es un mundo maravilloso que también tiene sus peligros. 

La historia futura dirá  en que deviene este presente que está también cambiando a la ciencia ficción con el progreso de las tecnologías. Antes imaginábamos ciudades con autos volantes y rascacielos metálicos, ahora tenemos ver urbes contaminadas e inundadas arrasadas por tornados y huracanes. Antes era inimaginable una raza de zombies celulares, gente que solo mira y teclea sus teléfonos y no disfruta de lo que le rodea. El futuro está cambiando y la ciencia ficción también.

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