miércoles, 29 de junio de 2011

Los recomendados: “El invierno del dibujante”, por Paco Roca





Por Gabriel Zárate

El invierno del dibujante: Publicado por Astiberri el 2010, con guión y dibujos de Paco Roca (Valencia, 1969). El libro fue premiado como la mejor obra y el mejor guión de un autor español en la 29º edición del Salón del Cómic de Barcelona, este 2011. Luego del rotundo éxito de “Arrugas”, “El invierno del dibujante” confirma a Paco Roca como el autor integral de historietas más notable, consolidado en España, durante la última década.

A fines de los años cincuentas, con el asfixiante franquismo fascista como represivo contexto socio-histórico, cinco destacados dibujantes radicados en Barcelona, empleados de la poderosa editorial Bruguera: Cifré, Conti, Escobar, Giner y Peñarroya, unidos por una fraterna y entrañable amistad, e indignados por las leoninas condiciones laborales de una imponente empresa, que no les concede los debidos derechos de autor sobre su propia obra, obligándoles a entregar siempre sus originales, deciden un intrépido intento de osada y honrosa rebeldía, renunciando grupalmente a Bruguera y fundando una revista propia: “Tío Vivo”.

Emotiva y sentimental exploración humana y ética, donde se recrean detalladamente las amargas vicisitudes reales que padecieron los historietistas españoles, aprisionados en una compleja época, donde los derrotados republicanos buscan encontrar un lugar en la nueva sociedad, con la atroz sombra de la cruenta guerra civil aún sobre ellos y la amarga represión y censura como único presente. “El invierno del dibujante” alude a un gélido y turbio período histórico, la grisácea España de “El Caudillo”, carente de cabales libertades e íntegras prerrogativas, donde el virtuoso artista gráfico es indiferentemente cosificado como un explotado manufacturero de tinta y lápiz, de la fabril producción masificada impresa, por el implacable engranaje industrial de una corporación predominante en el mercado español.

La alternancia continua de planos temporales, a manera de flashbacks, gracias a la intercalación cronológica de los capítulos narrados, rompe la linealidad del relato y refuerza la impresión de ágil dinamismo, en una historia centrada soberbiamente en la lentificada sucesión de mínimos detalles cotidianos, donde el uso del plano fijo soporta los extensos diálogos coloquiales, aplicados eficazmente con dosificada maestría por el autor valenciano. Se reconstruye una forma del hábitat urbano menos estresante y convulsionado que el actual, plasmando estampas visuales de gran belleza cromática, con un elegante dibujo depurado, siempre en su característico estilo claro. La variación de estaciones se refleja en cada capítulo con distintas tonalidades en el papel empleado: apagados azules para el oscuro invierno y un encendido amarillo cobre para la luminosa primavera-verano.

Pero durante la breve primavera de crédula ilusión e intrépido pundonor que representa el reacio intento de los cinco dibujantes fundadores de “Tío Vivo”, suerte de combate imposible donde la rebeldía solo es factible en el mundo ficcional de la historieta, hay dos personajes que destacan nítidamente por simbolizar el humano contrapunto desesperanzador de la trama: Rafael González, director de redacción de Bruguera, un ex republicano que sufrió la dura cárcel y el áspero destierro, hombre íntegro y estoico pero espiritualmente conflictuado, que tuvo que sobrevivir, renunciando al anhelo de ser escritor, atrapado por asumir las ineludibles responsabilidades familiares y sometiéndose a una estable seguridad que solo la empresa Bruguera le podía ofrecer en la España franquista. Un honesto incorruptible que se percibe resignadamente corrompido. En la orilla opuesta el acido humor del relato está concentrado en las hilarantes ocurrencias del tunante Manuel Vázquez, un cínico pendenciero y formidable historietista indisciplinado, pícaro embaucador que no duda en la traidora deslealtad y la fraudulenta estafa, careciendo de conciencia como norma prescriptiva, solo fiel al venal principio que la precaria vida es demasiado corta y para poder disfrutarla con plena intensidad hay que vivirla sin reglas ni escrúpulos.

Lo peculiar de este relato, una aguda reflexión metahistorietistica, es que “el invierno” de hiel narrado gráficamente, coexiste con una época dorada e irrepetible, delicadamente descrita con sensible nostalgia, retratando la melancólica añoranza de coloridos quioscos repletos con variadas publicaciones, tiradas de revistas por cientos de miles, en una bucólica y apacible Barcelona, con una minuciosa y documentada reconstrucción de época, donde las revistas de historietas eran de un auténtico consumo masivo y la vida en sí, era sosegadamente distinta.

Son también los años del surgimiento de inolvidables clásicos del comic hispano como “El Capitán Trueno” y “El Jabato” (Víctor Mora), “Mortadelo y Filemón” (Francisco Ibáñez), la consolidación del talentoso y polémico Manuel Vázquez, confirmando la enorme deuda que los lectores ibéricos tienen con una inclemente Bruguera explotadora. Apesadumbrada rememoración del auge y estertor de la lectiva cultura popular del papel, hoy en decadente agonía, remplazada por el hiperactivo y convulsionante mundo del audiovisual contemporáneo.

Quizá por ello esta magnífica historieta de madurez, obra maestra de Paco Roca, además de implicar una punzante reflexión autorreferencial sobre su propia problemática, basada en auténticos personajes históricos, sobrevivientes del sueño republicano, asaltados por un digno arrebato de integridad y que finalmente optaron por la dureza amarga de subsistir, es intricadamente compleja, renunciando a cualquier descripción maniquea posible, retratando la contradictoria y problemática existencia, llena de promisorios inviernos y tórridos veranos, donde ilusión y realidad, paraíso e infierno coexisten en el enigmático mundo ambivalente y en la profundidad contradictoria del hombre mismo, cuyos indescifrables límites borrosos son imposibles de fraccionar o discernir, incluso para cualquiera de nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario