(EFE). Lágrimas, bromas y músicas festivas despidieron hoy en un funeral cargado de emoción al director y caricaturista de Charlie Hebdo, Stéphane Charbonnier, alias Charb, asesinado el 7 de enero en la sede del semanario satírico junto con otras 11 personas, ocho de ellas miembros de su redacción.
Familiares, amigos y colegas sobrevivientes de la revista, las ministras de Educación, Justicia y Cultura, la alcaldesa de París, numerosos políticos y cientos de ciudadanos anónimos deseosos de rendirle un último homenaje acudieron a la ciudad de Pontoise, al oeste de París.
Los restos mortales del periodista, uno de los más grandes caricaturistas franceses, junto con sus otros cuatro colegas dibujantes asesinados, ingresaron en el Halle Saint-Martin escoltados por la Internacional, convertida en triste canto fúnebre, según imágenes retransmitidas por televisión.
En su interior esperaban medio millar de personas, mientras muchas otras permanecían en la calle, contemplando el acto desde una gran pantalla exterior. Además de las ministras de Educación, Najat Vallaud-Belkacem; Justicia, Christiane Taubira; y Cultura, Fleur Pellerin, y la primer edil Anne Hidalgo, asistieron al acto el alcalde de Pontoise y diferentes líderes de la izquierda francesa, entre ellos Jean-Luc Mélenchon.
A hombros de sus familiares, el féretro de Charb tomó el camino del cementerio al son de una fanfarria que acompañó igualmente las últimas palabras de su amigo y colaborador Patrick Pelloux, quien cerró la ceremonia sin poder al final evitar el llanto. El también médico de urgencias, uno de los primeros en llegar a la sede de Charlie Hebdo tras la masacre, no olvidó a las otras víctimas asesinadas después en París y sus alrededores: cuatro rehenes en un supermercado kosher y una policía municipal.
Saxofones, trombones, trompetas, contrabajos, guitarras, platillos y acordeones interpretaron la canción irlandesa "Dirty old town" mientras Pelloux terminaba su alocución. Previamente, Renald Luzier, "Luz", autor de la última y nuevamente polémica portada del semanario, expresó su deseo de que surjan nuevos Cabu, Wolinski, Tignous, Honoré, y bromeó imaginando las caricaturas que su amigo habría creado para sus entierros.
Charb, nacido en 1971 en Conflans-Sainte-Honorine, al noroeste de París, fue inhumado después en la intimidad. También hoy París se despide del gran caricaturista Philippe Honoré, más conocido como Honoré, y del corrector de pruebas de origen argelino Mustapha Ourrad. (EFE).
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