viernes, 11 de marzo de 2011

Entrevista a Gustavo Sala invitado a “Lima Comics 2011”: “No me conozco aún demasiado, para hablar mucho sobre mí mismo”


Por Gabriel Zárate

El renombrado humorista argentino Gustavo Sala, uno de los diez flamantes invitados internaciones de “Lima Comics 2011”, tuvo la gran gentileza de concedernos una entrevista vía email para “El Lector de Historietas”. Esperamos que los lectores peruanos se familiaricen con Gustavo Sala y su valiosa trayectoria, pocos días antes de su arribo al Perú. A continuación sus esperadas respuestas.

Gustavo, a usted le correspondió empezar el oficio de dibujante en los noventas, tiempos difíciles para Argentina, con las principales editoras quebradas, con pequeños fanzines como único medio para auto publicarse. Pudo haber dado un paso al costado y buscar otros rumbos, pero decidió continuar en la brega ¿En qué momento de su vida decide que en la historieta no hay marcha atrás? ¿Cómo se da este proceso de concientización interna sobre asumir la profesión de historietista, implicando ello severos riesgos como el fracaso y la derrota?

Nunca hubo un momento puntual donde uno dijo: "Me dedico definitivamente a esto". Más bien fue (es) un camino natural donde se fueron dando las cosas naturalmente. Tiene que ver también con insistir en mantener una idea, en seguir un camino y tratar de ir armando algo parecido a una "obra". Como bien vos decís, a mediados de los noventa, cuando muchos historietistas que hoy publicamos en medios masivos empezamos a producir, no había prácticamente mercado editorial donde colocar o mostrar material. Así que de la misma necesidad de dibujar y hacer circular nuestras historietas, empezamos a hacer nuestros propios fanzines, a organizar eventos de historieta independiente, a generar una "escena underground" integrada por fanzines hoy de culto como "Catzole" (de Salvador Sanz, Javier Rovella y compañía), "Kapop" (de Lucas Varela), "Morón Suburbio" (de Ángel Mosquito) ; "Elvisman", de Diego Cortes, "Océano y Charquito" (de Clara Lagos y Caro Chinaski) y muchos más. Hoy casi todos colegas y amigos que la están rompiendo en la Argentina y en el exterior.

En el periodo de formación de un dibujante, es común ser influido por los historietistas de la época. Usted ha reconocido que lo sedujo el estilo grotesco de autores extranjeros como Peter Bagge, Daniel Clowes, Charles Burns y nacionales como Esteban Podetti, El Niño Rodríguez, Dany The O, que a su vez le permitieron desarrollar un irreverente y corrosivo sello de creador, marcado en lo estético, por un reiterado y deformante horror al vacío. ¿Cómo consiguió ensamblar estas diversas influencias under y moldearlas, agregándoles además una inherente mirada personal del mundo, para conseguir forjar un original estilo propio y reconocible para todos los lectores?

Uno no puede evitar ser influido por lo que le gusta o lo marca en determinado momento. Los autores que mencionas (y muchos otros) fueron determinantes. Lo importante, en todo caso; es meter todas esas influencias en una gran coctelera cerebral y batir y revolver mucho, a ver si sale algo más o menos distinto. En la mayoría de las veces se fracasa y las influencias quedan ahí a la vista, claramente identificables y apenas modificadas y a veces, con la búsqueda y los años, aparecen elementos personales que terminan definiendo un "estilo". Yo espero, de alguna manera, tener el mío propio, pero no lo tengo muy claro. Ojala así sea, je.

La popular y exitosa tira de humor “Bife Angosto”, se viene publicando todos los jueves en el suplemento de rock “No” de “Página/12” desde el 2006. ¿Qué ha representado en su trayectoria poder publicar “Bife Angosto” en “Página/12”? ¿Fue el crucial momento decisivo que inicio su consolidación como un prestigioso humorista gráfico en Argentina?

"Bife Angosto" representa un lugar de libertad, antes que nada, donde puedo hacer prácticamente lo que quiera. Por supuesto que está bastante ligada al mundo del rock, aunque a veces meto cosas que poco o nada tiene que ver con eso. También representa haber ganado un lugar, desde hace varios años, en un diario importante como "Página /12" y además cuento, con la buenísima onda de la gente del suplemento "NO" (donde sale la tira), que me apoya siempre y me estimula para que siga adelante y por supuesto la tira cobró otra relevancia al ser editada en libro (acaba de salir el volumen dos) por Ediciones De La Flor, una editorial emblema del humor gráfico en Argentina. Estoy en la misma editorial que Quino y Fontanarrosa, no es poco, ¿no?

Su colaboración permanente con “Fierro” es otro hito ineludible en su prolija producción. Primero con “Tiras para arriba” y luego con la serie “El baño”. Esto último implicó su paso de la composición de la tira a la página y con ello un cambio de concepción en el diseño de la historia. ¿Por qué Gustavo Sala no ha insistido con la página historietística? ¿Es definitiva su elección por la tira diaria? ¿Qué representa “Fierro” para la historieta argentina y para los creadores argentinos de su generación en estos últimos años?

En mi trabajo como historietista mezclo las tiras con las historias cortas de dos o tres páginas, básicamente. Es verdad que me cuesta desarrollar historias más largas, porque empiezo a sintetizar y pulir los guiones y me terminan quedando re cortitos, je. Además soy muy ansioso para trabajar y quiero terminar las tiras o paginas lo antes posible para pasar a otra cosa nueva. Ahora en "Fierro" estoy haciendo una serie donde mezclo tiras y viñetas ("La vista gorda"), y donde puedo experimentar bastante con los temas, los formatos, etc. Pero sigo dibujando historias cortas para revistas independientes argentinas como "Papalu" (de Tucumán), "La Murciélaga" (de Córdoba) etc.

"Fierro" hoy es un lugar de experimentación, de amor a la historieta, una revista hecha por y para apasionados. Como toda revista de antología, despierta amores, celos y odios. Muchos autores son alabados y denigrados por igual. Justamente esa es una de las características más sobresalientes de la revista, los lectores son activos, participan, felicitan, pùtean, aplauden, tiran cosas. Lo más importante es que hoy es la única revista que sale todos los meses desde hace más de cuatro años y por la que pasan y pasaron, mucho de lo mejor del comic argentino.

En un diálogo con Gustavo Sala es imposible no hablar de Humberto Miranda, su colorista ¿Cuál es la mayor virtud de Humberto en el manejo del color? ¿Qué ha permitido la complementaria fusión, el entendimiento mutuo entre ambos, todo este tiempo? ¿Cuánto de su éxito es también producto de la silenciosa labor de Humberto?

Primero debo decir que su tarea no es muy silenciosa porque mientras el colorea mis paginas en su computadora hablamos de diferentes temas, tomamos mate y escuchamos música seleccionada por el propio Humberto, que es amigo mío hace años y fanático y coleccionista como yo de historietas. Beto le da a mi trabajo un look visual bonito y atractivo y también le pone su visión al elegir la paleta, los colores y demás. A veces nos juntamos a trabajar juntos y está bueno, porque el trabajo de historietista puede resultar muy aburrido después de pasar varias horas dibujando, escuchando las oscuras voces interiores de nuestra cabeza.

Por lo general usted suele idear sus propias historias, pero en ese sentido “Torni Yo” representa una excepción en su producción artística y dirigida a un inusual público infantil de la revista “Genios”. ¿Cuéntenos sobre la experiencia de trabajar con un genio de la historieta como Carlos Trillo? ¿Por qué no ha repetido la experiencia de hacer dupla con otros guionistas? Sin embargo, si ha hecho de guionista para Lucas Varela en “Lollypop”.

Como decís vos, estoy tan acostumbrado a definir todo yo mismo que me cuesta trabajar con guionistas, donde tenés que dibujar lo que otro escribe o negociar o discutir ideas. La experiencia con Carlos Trillo (y Eduardo Maicas, con quien escribía "Torni Yo") fue una excepción y una experiencia muy interesante. Ahí había que sacarse el ego de adentro y ponerse en función de lo que otra persona estaba contando y tratar de que el resultado final quedara lo mejor posible. Trillo y Maicas son dos maestros con décadas de trayectoria y una humildad en el medio pocas veces vista, así que la pase muy bien y cada vez que nos vemos con algunos de los dos la pasamos muy bien.

Con Lucas Varela, dibujante genial al que admiro y del que tengo la suerte de ser su amigo, escribí los guiones de "Lolypop", para la revista dominical del diario “La Nación”. El personaje Lucas ya lo tenía, pero solo había hecho algunas tiras, así que me llamó para que fuera su guionista. Ya la aventura fue genial, escribir pensando en su dibujo genial y en un tono completamente distinto al que suelo manejar cuando trabajo con mis propios guiones. "Lolypop" duró poco más de un año y después se dejó de publicar, esperamos hacer un libro próximamente con ese material.

La mayoría de sus colegas trabajan para el EEUU o Europa, además se dedican a la enseñanza como un segundo ingreso. Para muchos no es nada fácil vivir de la historieta, pero según sus propias declaraciones, usted si lo ha conseguido. En un país como Argentina, con tantos humoristas de renombre vigentes en los medios, ¿cómo ha logrado alcanzar su actual popularidad y prestigio? ¿En que radica el éxito de su profesión de humorista gráfico? ¿Cuál es la receta para lograr forjarse un público cautivo de lectores?

Primero debo decirte que sos un exagerado pero te lo agradezco, je, y luego, las cosas que uno va ganando, los libros, el reconocimiento, tiene que ver, supongo, con seguir un camino muchos años, tratando de ser lo más personal posible. Antes de empezar a poder vivir del dibujo y el humor fueron diez años de underground sin un peso, recorriendo editoriales, dejando carpetas, haciendo fanzines fotocopiados, dibujando y dibujando. En algún momento las cosas se acomodan y empiezan a salir bien. Pero lo más importante es el trabajo, trabajar y dibujar, dibujar y trabajar.

Hace pocos días, el 24 de febrero, presentó dos libros de manera simultánea: “Bife Angosto” Nº2 y “Ordinario”. En un mercado editorial como el argentino, con reiterados vaivenes, usted ya lleva unos seis libros publicados en los últimos tres años, sumando Bife Angosto Nº1 (2008) Bola Triste (2009) Torni Yo (2010) Amásala (2010) ¿Cómo explica que los editores lo estén convocando tan insistentemente para publicar, mientras otros autores no se cansan de tocar puertas con el afónico silencio como única respuesta?

No sé, me debo haber topado con editores audaces o inconscientes que se jugaron con mi trabajo. Además tengamos en cuenta que lo mío es el humor, que es más fácil de "vender" que por ahí otros géneros más oscuros o complejos. Debe ser, también, porque yo no toque ninguna puerta, fueron los editores (en algunos casos también amigos) los que se acercaron a mí con propuestas de libros.

Su faceta rockera, encarnada actualmente en su banda “Los Dentistas Tristes”, ¿Es un vital rezago de su juvenil etapa under? ¿Cómo surge el Gustavo Sala rockero? Aparte de los temas de vinculados a “Bife Angosto” ¿Cuánto de la rebeldía y la contracultura del rock a contribuido a acuñar su impúdica y descarnada visión del mundo en su faceta de historietista?

Tiene que ver con que uno tiene diferentes gustos e inquietudes, no solo escribir y dibujar, y las horas que uno pasa sentado trabajando, haciendo historietas, hacen que el cuerpo y la cabeza te pidan otras cosas, como por ejemplo, subirte a un escenario y ponerte a improvisar monólogos o cantar canciones. "Los Dentistas Tristes" es el dúo de pop electrónico que integro y en el que soy el cantante. Sirve también para oxigenar la cabeza, divertirse un poco, cambiar de ambiente y, además, la experiencia energética de subirse a un escenario es mil veces mas adrenalínica que la de sentarse a un tablero a dibujar, que no es nada adrenalínica, je. También trato de llevar esa energía rockera a un comic, pensar una tira como una canción punk, con esa intensidad, que tenga esa mirada, y hasta que acople y desafine.

Gustavo Sala también es un hombre de radio, donde lleva años con “Maldita Radio de Rock & Pop Beach”. Aparte a escrito guiones de teatro y hecho de actor junto a Pablo Vasco en “Afeitándose en Alemania”. ¿La obra integra de Gustavo Sala puede concebirse como una especie de ingenioso happening multidisciplinario? ¿La radio, el teatro, el rock y la constante provocación de sus tiras de humor, no obligan al espectador y lector a romper la apatía, involucrarse y participar en esta suerte de gran performance artística?

Las disciplinas que nombras son cosas que hago irregularmente alrededor de mi trabajo como humorista gráfico, que es lo que en todo caso soy. Todo lo demás son cosas que voy haciendo para divertirme un poco y porque me gusta. Probablemente esté haciendo siempre lo mismo, solo que a veces con un lápiz, otras veces con un micrófono en un estudio de radio y otras arriba de un escenario.

En una entrevista reconoce que leyó muy poca literatura. Su formación fue con los comics, el rock, la cultura mediática televisiva y quizá observando la calle y la vida misma. Son influencias periféricas de la gran cultura oficial. Su talento se enfocó posteriormente para elevar el marginal esperpento al nivel de popular obra artística. ¿Se consideras un artista gráfico freak cuya estrategia creativa para reivindicar la trivial cultura de masas es subvertir y demoler lo políticamente correcto? ¿O más bien su obra es una cruel sátira de la propia contracultura ya aburguesada y degradada en mercancía de consumo?

Quizás un poco de las dos cosas que decís. Me gusta usar elementos de la vida diaria, de las cosas que se ven en la televisión y la calle y correrlas de lugar. Poner algo conocido en un lugar nuevo e incomodo, forzar los límites. Siempre tratando de que, en lo posible, resulte gracioso. Es observar el mundo humano que nos rodea y aprovecharse de eso para nuestro trabajo y, a veces, sin proponérnoslo, decir algo o tirar algún pensamiento o idea atrás de un simple chiste tonto en una tira de humor.

¿Cómo es Gustavo Sala en realidad? La persona detrás del personaje. Cuéntanos del muchacho marplatense que triunfó en la capital y que continúa viviendo en su ciudad de origen. Eligiendo un Café como espacio para trabajar, observando el murmullo de la vida habitual ¿Cómo es un día cotidiano en la vida de Gustavo Sala?

Bueno, no me conozco aún demasiado para hablar mucho sobre mí mismo. Apenas llevo 37 años conmigo mismo. Recién estoy empezando a conocerme. Vivo en Mar del Plata, una ciudad bonita con lindas playas pero culturalmente chata, que está a 400 kilómetros de Buenos Aires, a donde viajo seguido para visitar amigos, para reunirme con editores, participar de muestras y demás. Me gusta trabajar en bares porque te permite estar solo y que nadie te moleste pero a la vez rodeado de ese ruido humano que muchas veces termina siendo inspirador e influyente. Me gusta caminar, tomar mate, escuchar música a un volumen importante mientras dibujo. No tengo hijos ni mascota, no me interesa. Ni sé jugar al futbol y me baño todos los lunes y feriados.

“Lima Comics 2011” es la primera convención de comics que se realiza en el Perú y Gustavo Sala es uno de los diez ilustres invitados internacionales convocados para este evento ¿Cuáles son sus expectativas al participar en un ambicioso e iniciático festival de comics peruano, de poder recorrer las calles de Lima y contactarse con los jóvenes lectores locales deseosos de conocerlo?

Las expectativas son muchísimas y enormes. Todavía no puedo creer que esté a días de subirme a un avión rumbo a Lima a una Convención de comics, que estoy seguro que va a ser genial y solo la vamos a pasar bien. Tengo muchas ganas de conocer Lima y caminar sus calles, conocer a los dibujantes y humoristas locales y generar proyectos en Perú. Así que espero verlos pronto, ahí estaré para lo que gusten.

Nota: Gustavo Sala estará presente en “Lima Comics 2011”, entre los días 16 y 20 de marzo.

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