Manu Larcenet (Francia. 1969) fue uno de los grandes invitados al reciente Salón Internacional del Cómic de Barcelona 2013, gracias a Norma Editorial (España). Colaboró con “Fluido Glacial”, “L'Association” y dibujando cuatro volúmenes de “La Mazmorra” proyecto de Lewis Trondheim y Joann Sfar. La consagración como creador la consiguió con la publicación de “Los Combates Cotidianos”, cuatro libros editados entre el 2003-2008. Actualmente está abocado a “Blast”. Es indiscutidamente uno de los historietista más brillantes de su generación en el cómic francés.
Por Marv Murdock
¿Cómo un cantante punk llega al comic?
He sido antes autor de BD que músico. Hago las dos cosas. Ahora hago música solo en casa con mi ordenador. No creo que sea incompatible, puedo tocar el fin de semana y dibujar durante la semana.
Tus comienzos fueron en Fluide Glacial, una revista, ¿qué recuerdas de estos comienzos y qué supone trabajar con la necesidad de publicar cada mes?
Fue una escuela, es donde aprendí a contar historias. Cuando empecé no había hecho casi nada, les envié mis dibujos, les gustaron y yo estaba contento, pero no había hecho historias. Aprendí a contar las historias en Fluide. Era importante que entregásemos con dos meses de antelación sobre la fecha de publicación, eso quiere decir, que siempre podía corregir mis errores. Estuve allí 10 años y aprendí mucho, pero al final también aprendí que no quería hacer solo humor. Me canse un poco de hacer solo humor. Trabajar en Fluide era muy exigente, exigía un ritmo muy rápido y a medida que me hacía mayor quería más tranquilidad.
¿Por qué cerraste la serie Los combates cotidianos?
Porque no tenía nada más que contar, en ese momento yo ya tenía a los niños. Hay que entender que las preguntas de Los Combates cotidianos eran mis propias preguntas, una vez que mis hijos ya habían nacido, no podía seguir preguntándome si los quería. Tampoco tenía relación con los hijos de los obreros de la ciudad porque estaba viviendo en el campo. No tenía nada mas que contar sobre este periodo, es por eso que paré, no tenía nada mas que contar. Sería mentir, hacer otro álbum sería un engaño.
Van Gogh, Freud, son dos personajes cuyos nombres son conocidos de forma mayoritaria y respecto a los que todo el mundo tiene una imagen, sin embargo te atreviste con ellos y en clave de humor. ¿Qué otros personajes nos esperan?
Es una herencia de Fluide Glacial y no, no haré más. La parodia es genial, hacerla está muy bien, es divertida, pero es tan solo parodia, es algo que ya existe, no hace falta crear. Según pasan los años no tienes ganas de reírte de nadie, lo que quieres es crear tus propios personajes.
En la serie La Mazmorra, ¿cómo trabajaste con Lewis Trondheim y Joann Sfar?
Parando al final del cuarto álbum, porque es imposible, son adorables, pero es imposible trabajar con ellos. No están locos, son personas muy inteligentes, pero no tenemos la misma forma de ver la BD. Lamentablemente después de cuatro álbumes descubrimos que teníamos una visión diferente del cómic y que no podríamos trabajar juntos.
¿Te gusta trabajar en equipo?
No, absolutamente no. Me pidieron que dirigiese la adaptación al cine de Blast, me lo propusieron, se habló de dinero y la propuesta me gustó mucho. Pero la idea de trabajar en equipo me tuvo en vela durante una semana. La idea de trabajar con otras personas me puso enfermo. Si bien inicialmente había dicho que sí, quince días después llamé y dije que no.
¿Cómo se ha recibido que un personaje como Valerian en tu visión personal acabe en el cuerpo alcoholizado de René?
Porque no conseguí dibujar al verdadero Valerian, dibujé un personaje que me gustaba y luego pensé en cómo dibujarlo para convertirlo en Valerian. Sus seguidores lo han recibido mal, no ha sido un libro que haya sido bien recibido por el mercado francés. A mí me gusta mucho, generalmente me gustan mis álbumes, pero este me gusta de verdad. Pero en Francia ha sido un fracaso, una verdadera catástrofe. Valerian es una serie antigua, que por lo general la leen personas mayores y no quieren que se la cambien. He tratado de ser fiel a la historia original, no he tratado de reírme del personaje y he creado una auténtica aventura y es realmente una aventura, pero los seguidores no lo han visto como yo y piensan que me estaba riendo de la serie.
¿Han perdido los franceses el sentido del humor?
Al menos ahora parece que sí, pronto perderemos la triple A, pero el humor ya lo hemos perdido.
El supuesto héroe solo acierta cuando utiliza la manipulación religiosa, haciéndose pasar como emisario del Dios La Rata Almizclera. ¿Cómo se te ocurre este planteamiento?
La pregunta debería ser: cómo no llegar a esta idea. La historia muestra cómo se puede. Es el compendio de un siglo de historia, de un siglo o diez, de hecho es sobre todo desde que pusimos el pie en el continente americano.
El héroe trata de huir de su destino, mientras un alcohólico acaba resolviendo el problema, aunque sea por azar. ¿Es el antihéroe en ocasiones el único valor seguro?
Buena pregunta. No sé si se puede confiar más en él, pero es más interesante y lo que realmente me gusta, es el personaje interesante y no tanto el personaje amable. A menudo, las personas como René, beben porque se sienten mal y este tipo de personaje, basado en personas rotas, es el que me interesa.
¿Cómo crees que puede influenciar la situación política actual en el cómic?
MAL, en Francia desde hace un tiempo hay una nueva forma de pensar, en el sentido de que es necesario que todo el mundo sea normal, y no estoy de acuerdo con esta línea de pensamiento. Esto hace que yo cada vez me sienta menos en mi país, porque no entro dentro de esta categoría, además estamos en una época en la que la estética es más importante que el sentido de las cosas, la gente se tatúa por tatuarse, no porque busque ningún significado, se hacen cosas sin ningún sentido. Un país así, a mi no me interesa. En el noventa por ciento de los cómics que leo me encuentro los mismos clichés, los mismos personajes, me falta encontrar sensaciones, cosas que vengan de dentro. En Francia no solo se ha perdido el sentido del humor, también se ha perdido la poesía, en beneficio del dinero y la economía. Es la misma desviación que se ha producido dentro de la política.
¿Qué banda sonora imaginas para Valerian?
El primer álbum de Green Day, Dookie. Es punk-pop.
¿Por qué?
Porque es irreverente, es rápida y tiene melodía y me gusta mucho la melodía. En esta obra creé una aventura, lo que se uniría con la melodía y además el ritmo es rápido, porque tiene pocas páginas. Creo que es una banda sonora que le iría muy bien
¿Por qué?
Porque es irreverente, es rápida y tiene melodía y me gusta mucho la melodía. En esta obra creé una aventura, lo que se uniría con la melodía y además el ritmo es rápido, porque tiene pocas páginas. Creo que es una banda sonora que le iría muy bien
¿Cómo ves la situación del cómic desde el punto de vista artístico?
Creo que los autores de cómic formamos parte de la vida artística, hay algunos dibujantes que son auténticos genios, no todos, pero hay dibujantes cuyas obras merecerían estar en el museo Pompidou de arte moderno. Entre los dibujantes de cómic hay genios que realizan verdaderas obras de arte, lo que sucede es que en Francia se considera un medio para niños y todavía le falta reconocimiento.
En tu obra la ironía es una constante. ¿En tu vida también?
Sí, si escribo historias tan irónicas es porque yo lo soy.
¿En qué proyectos estas trabajando ahora?
De momento quiero terminar el cuarto tomo de Blast y después ya se verá.
¿Qué ha cambiado para Larcenet desde su anterior viaje al Salón del Cómic de Barcelona?
Los niños, la última vez que vine mis hijos eran pequeños y ahora ya son mayores y yo tengo menos pelo, tengo dientes postizos, soy más viejo y todo va mejor.
“Blog de Norma Editorial” (España). 3 de mayo del 2013
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