Por Gabriel Zárate
Grabación y Fotografías de Carlos Tovar
Carlos Reyes de visita por el Perú: Entrevistador, crítico, guionista, editor y promotor de festivales de historieta, aparte de conductor del programa radial “Viñetas al fin del Mundo”. Con una excéntrica omnipresencia renacentista, Carlos Reyes es un apasionado animador de la historieta chilena. De visita en Lima, tuvimos el enorme agrado de conocerlo y mantener una extensa y muy amena charla sobre la actualidad de la historieta chilena y sobre su destacada labor en el mundo del comic chileno.
Carlos, te has convertido en el gran animador de la historieta chilena por tu labor en Ergocómics (a través de artículos y entrevistas) y por tu programa radial “Viñetas al fin del Mundo” ¿Cómo te iniciaste en esta aventurera labor de difusión, discusión y revalorización del comic en Chile?
Carlos Reyes: Bueno, yo no soy el gran promotor de la historieta, hay mucha más gente también, pero yo como todos me imagino, como nuestros amigos argentinos, peruanos, bolivianos, me he iniciado de la misma manera. Siendo de muy niño, lector de historietas de Zig-Zag, de Quimantú, posteriormente de Novaro y de historieta argentina cuando fui adolescente. Con los años, después de estudiar audiovisual, me fui reencantando con la historieta y no he dejado de levantar la bandera de la historieta desde ese entonces, porque me parece que necesitaba pasar de ser un lector a un creador o editor de historietas. Ese paso era necesario para mí. No solo leer, sino devolver un poco la mano a todos aquellos creadores que me dieron vueltas la cabeza cuando era niño y después cuando fui adolescente. Entonces el proceso fue natural, fui releyendo nuevamente historietas, fui reencantándome. Luego empecé a escribir historietas (yo soy guionista), después a entrevistar a autores de historietas y finalmente, me convertí en editor, por lo tanto fue un camino que ha ido evolucionando hacia esos derroteros. Si yo tuviera una tarjeta de presentación. la última frase que tendría que agregar sería la de editor.
¿Cómo surge tu programa radial? ¿Cuál ha sido el balance del primer festival “Viñetas al fin del Mundo”
Carlos Reyes: Fue creado por Ricardo Vega, un gran amigo al alero del Centro Cultural de España en Chile, que me invita a dar forma a este festival. Luego, cuando me ofrecen hacer un programa de radio de historietas en el mismo Centro Cultural de España decidí que una buena forma de mantener el espíritu de este festival durante todo el año hasta la próxima edición, sería ponerle el mismo nombre del festival al programa radial. Entonces se llama Viñetas al fin del mundo y se puede escuchar todos los miércoles al mediodía en la radio online del Centro Cultural de España en Chile. El balance del programa ha sido muy bueno, sé que lo han escuchado en Perú y es un programa muy interesante, porque me permite alcanzar a los autores de historieta al publico común, que no hablan habitualmente con ellos, porque no les hacen muchas entrevistas a los historietistas, pero que en este programa pueden tener una cercanía, pueden escucharlos, pueden oírles hablar de su trayectoria, de su carrera, de su trabajo y de alguna medida para mí sirve como un registro histórico de lo que está pasando hoy en mi país. Siempre pienso no solo en el presente, sino en las cosas que se podrán hacer con estos materiales que estamos creando, todos los que hablamos de historieta para el futuro, porque echamos de menos a veces cuando reconstruimos el pasado historietístico de nuestros países que no existan libros o buenas entrevistas a esos viejos autores. Entonces pienso en el trabajo que hacemos todos nosotros. Somos una suerte de arqueólogos del futuro, pero también es un trabajo muy contemporáneo porque permite acercar a los autores al público y eso puede ayudar a aumentar las ventas de una revista, puede ayudar a producir comunicación entre los autores y el público.
El gran ausente en tus variadas y valiosas entrevistas para Ergocómics es Alejandro Jodorowsky ¿Hay alguna razón en especial?
Carlos Reyes: Sí, yo quizá sea más cercano a ustedes y más ajeno a Jodorowsky por varias razones: Jodorowsky para mi es uno de los grandes autores de historieta mundial, es un excelente guionista. Creo que El Incal, sin duda alguna, es una obra maestra, pero cada vez que va a Chile tenemos poco contacto con Jodorowsky. Cuando llega a Chile habla de psicomagia, de cine, de sus novelas pero jamás lo he visto hablar de historieta. La última vez que se le vio en público hablando de historieta, hasta donde yo recuerdo, fue a fines de los ochentas, cuando Moebius visitó Chile junto con Jodorowsky y se hizo un encuentro con los historietistas locales, pero en rigor me siento muy lejano a él porque no habla mucho de historieta cuando visita Latinoamérica y no lo vemos en los eventos. Bueno también no lo hemos invitado, quizá haya que acercarse un poco. Tal vez no tenga porque hacerlo. Además vive en Francia, viaja a Chile por momentos muy breves. Contactarlo es difícil, pero me gustaría hacerlo pues creo que es uno de los grandes autores. Me encantaría hacerle una entrevista profunda a Jodorowsky, pero hasta ahora no ha sido posible. Hay una gran distancia por la lejanía, porque viene solo a presentar sus libros, porque las historietas de Jodorowsky no se editan en Chile, llegan a través de importaciones desde España, pero sus libros si se editan en Chile. Entonces él viaja a presentar una novela pero no sus historietas. Tal vez a eso obedezca que cada vez que llegue, solo hable de sus novelas o de sus libros de psicomagia. Es una deuda que hay que saldar en algún momento.
Revisando la calidad de las pasadas y diversas publicaciones chilenas como El Peneca, Pobre diablo, El Pingüino, Condorito y el Dr. Mortis, uno puede concluir que Chile fue el país en Latinoamérica que más cerca estuvo en un momento del gran adelanto que ostentaba la historieta argentina. En tu opinión ¿Porque en Chile se estanco de este auspicioso desarrollo?
Carlos Reyes: Creo que es algo que pasó en todos los países de Latinoamérica. No solo en Chile, en Argentina paso lo mismo. Algunos culpan al advenimiento de las dictaduras militares, otros culpan la presencia cada vez más fuerte de la televisión y yo percibo que es una mezcla de todo eso. Primero cuando llegan los militares a nuestros países, viene no solo la debacle económica, sino también la debacle moral, política, cultural, el asesinato de miles de compatriotas que fue lo más grave y también la desaparición en los kioscos de revistas de historietas. Chile, como bien dices, y Argentina, tuvieron una era de oro de historietas donde se publicaba muchísimo y se exportaba a otros países, lo que para nosotros hoy es impensable. Se vendían 15 mil, 20 mil, 30 mil ejemplares de revistas que salían a diversos países de Latinoamérica. Esa fue la época de oro de nuestra historieta. Tengo la sensación que lo que produjo esa debacle de la que tú hablas es una suma de elementos. En Latinoamérica y en el mundo entero hay seguramente mucha gente que lee cada vez menos, el advenimiento de nuevas tecnologías ha hecho que eso aumente, se habla incluso de la muerte del libro. Yo no soy tan apocalíptico, se habló que el cine mataría la radio, que la televisión mataría al cine. Siempre tenemos esos discursos apocalípticos sobre las nuevas tecnologías. Pienso que no va a ser así, el libro ha sobrevivido durante todos estos años y creo que va a sobrevivir. El contacto con el objeto (pues el dibujo es un objeto) que uno quiere tocar, no solo mirar virtualmente a través de una pantalla. Lo virtual y el impreso van a convivir ambos en el futuro y eso no va a mermar a la historieta, al contrario, en nuestros países está aumentando la producción de historietas y eso es notable. Ya han pasado cuarenta años de esta debacle editorial que no solo afectó a la historieta sino a la literatura, a la cultura en general. Yo no soy un tipo apocalíptico, más bien soy optimista. Creo que se siguen editando cada vez más historietas. Jamás vamos a volver a recuperar esa época de oro de la historieta que ni siquiera los norteamericanos han podido volver a tener porque pareciera que nosotros creemos que en los EEUU se venden millones de ejemplares de comics y no es así.
No hubo en Chile al parecer una edad de oro , pero estuvieron mas carca que nosotros. La inestabilidad de los gobiernos atentan contra la historieta
ResponderEliminarH Costa