Por Gabriel Zárate
PowerPaola (Paola Gaviria), artista gráfica colombiana, nacida en Quito y radicada en Buenos Aires es la historietista más talentosa de su generación en Latinoamérica. El éxito y reconocimiento internacional del libro de culto “Virus Tropical”, respaldan su trayectoria y la convierten en protagonista central del resurgimiento de la historieta en Sudamérica. Paola Gaviria tuvo la gran gentileza de concedernos esta entrevista, el reciente septiembre en Buenos Aires y reiteramos nuestra gratitud por ello. PowerPaola es una de las invitadas al Festival Internacional de Historietas “Lima en Cuadritos”: “Las nuevas mujeres maravilla”.
Con el nuevo milenio aumentaron de manera considerable las historietistas dedicadas a la novela gráfica y la mayoría, desarrollaron una obra de autor que no responde a los parámetros ni exigencias del mercado, empleando el relato autobiográfico como temática. ¿Existe una sensibilidad distinta en el género femenino al abordar la composición de una historieta? ¿Qué peculiaridades te parecen propias de la condición de mujer en el momento de incursionar en un campo que era casi de exclusividad para los hombres durante años?
Pienso que actualmente hay más posibilidades de que lo femenino sea evidente y verlo como algo poderoso, porque siempre fue visto como algo débil y cuando los hombres se amigaron con su parte femenina, porque no es solamente que las mujeres empezaron a tener voz, es que también los hombres dejaron que esa voz se escuchara. Las mujeres siempre han querido hablar, han querido mostrar sus cosas, solamente que ahora nos están dando un poquito el campo de expresarnos. No es que antes no había, sino que era como en todo, en la pintura, en la ciencia, siempre han existido mujeres pero nunca se ha escuchado nada sobre ellas. Luego es que uno se da cuenta “¡ah, había un montón!”, y las que se escucharon la lucharon duro para ser escuchadas. Me parece que este es el momento en que los hombres también se amigan con su parte femenina.
Hay historietas femeninas que no tienen nada que ver con la mujer, que puede haberlas hecho un hombre. Hay autores como Liniers y Decur que al observar sus trabajos uno puede pensar, tranquilamente, que los pudo haber hecho una mujer, pues tienen una sensibilidad particular vinculada a este tiempo. Todos se amigan un poco con su otro lado, las mujeres también con su parte masculina. No tiene nada que ver con el ser mujer o con el ser hombre sino con lo que tenemos de femenino y masculino cada uno de nosotros.
Pienso que hay muchas mujeres haciendo un montón de cosas con una sensibilidad peculiar porque son mujeres, así como los hombres tienen otro tipo de sensibilidad y eso no lo voy a discutir pues somos distintos, no hay discusión sobre ello, pero nunca nos han tratado de la misma manera, nunca hemos estado en autentica igualdad, ni ahora después de tantas peleas de las mujeres por alcanzar sus derechos. En este momento los hombres siguen ganado más dinero, son más visibles, las mujeres no tanto, pero por lo menos ahora existe una voz femenina que por fin se está escuchando y obviamente tiene una sensibilidad particular porque no es lo mismo nacer mujer que nacer hombre.
Uno de los temas de “Virus Tropical” es el universo femenino y se percibe una sensibilidad peculiar en las mujeres y la importancia que le dan a los detalles, a las vivencias cotidianas, a los sentimientos.
Las mujeres vemos más el micro, como el detalle de las cosas, los hombres ven más el espacio de las cosas, pueden abarcar mucho mas, al tener una visión del espacio, de la generalidad, de lo macro. Como dije antes, tengo amigos que cuando me encuentro con ellos me cuentan un montón de cosas que seguramente no las podrán contar en el ámbito de los hombres. Hay muchos hombres que se han amigado con esa parte femenina y también cuentan su vida…
El “Diario de Powerpaola” (2011-2012) fue publicado por Jellyfish Books (Argentina), coméntanos sobre el libro: ¿Cómo lo concebiste? ¿Está considerado “un diario visual”? ¿Es un libro experimental que fusiona textos con ilustraciones? ¿“Diario de Powerpaola” esta cercano al libro-objeto? ¿Por qué optaste por una editora pequeña para editar un libro tan esperado por tus fans, teniendo la opción de escoger editoras comerciales, que fácilmente hubieran publicado un libro tuyo?
Sobre el “Diario”, Nadia, que es la editora de Jellyfish Books, un día me escribió diciéndome: Tengo ganas de hacer algo con vos”. Le respondí: “Yo ahora estoy trabajando en “Todo va a estar bien”, llevo tres años haciendo esa novela, ya sé con quién la voy a publicar”. Sigo en un lugar que es un poco el limbo, porque a pesar de ser artista plástica hago historieta, a veces ilustro. A mí lo que me interesa es narrar con la imagen y mientras tenga eso claro me gustaría recorrer todas las posibilidades que haya, que no solamente sea la historieta, puede ser un álbum ilustrado o cosas que todavía carecen de nombre, “libro de artista”, puede ser.
Estas en la búsqueda constante…
Siempre estoy en la búsqueda, tengo ganas de no repetirme, que no todo se parezca al “Virus Tropical”, ver las posibilidades que existen con la palabra y la imagen, ya que todas están muy cercanas a la literatura, al cómic, a las artes plásticas pero siempre una jala para la otra. Cuando empecé a hablar con Nadia le dije: “Tengo un montón de diarios, de libretas que he dibujado durante mucho tiempo. En algún momento de La Silueta, mí editorial en Colombia, me propusieron publicarme una de ellas pero todavía no se ha dado, podríamos verlas”, y Nadia empezó a revisar mis libretas como editora y dijo: “Bueno, por qué no juntamos dos, una del 2011 y otra del 2012 y haces un libro”.
Como con la Editorial Común está muy claro que lo que les interesa es publicar novela gráfica, me pareció buenísimo hacer algo más experimental con una editorial que también sea experimental y que es amiga. No soy muy buena negociante, no pienso: “Esto me conviene más hacerlo para esta editorial”, seguramente con el tiempo voy a empezar a pensar así, obviamente será por mi conveniencia como autora, pero me gusta no casarme con nada, no decir: “¡bueno, soy solamente autora de Editorial Común, de Random House!” ¡No! Si hay una editorial que le interesa mi trabajo, que me propone algo divertido, algo que otra editorial no lo haría, como La Silueta que si se atreve a hacer cosas que normalmente las demás editoriales no se animarían, porque piensan que eso no se vende, pues voy a decir que sí, de una, pues también quiero experimentar para no repetirme.
Figura también en tu agenda creativa una novela gráfica titulada “Todo va a estar bien” y “Las piñas”. Coméntanos un poco sobre estos proyectos.
Lo de “Todo va a estar bien”, espero terminarla para el próximo año, es mi plan, ya me pusieron una fecha límite y se va a publicar en Francia y lo de “Las piñas” en realidad es un colectivo que tengo con mis amigas con las que dibujo: Muriel Bellini, Juana Neumman, Sofía Álvarez, Adriana Lozano y yo. Todas dibujamos, digamos que Sofía y Muriel hacen comics, estamos también en ese limbo y nos encontramos aquí para sentarnos a dibujar. Nos llamamos “Las piñas” ¡porque si!, es más un colectivo de amigas. A veces hacemos exposiciones, fanzines, calendarios, invitamos a otra gente, se nos ocurren ideas para hacer cosas, pero la base es sentarnos a dibujar y llevamos años haciéndolo.
Tienes como proyecto el incursionar en el cine animado, llevando “Virus Tropical” a la pantalla. Coméntanos sobre esta nueva faceta artística, el incursionar en la animación. ¿Cómo se presentó la posibilidad de llevarla a cabo? ¿Qué tan cerca estas de Marjane Satrapi, siguiendo sus pasos y sabiendo que “Virus Tropical” tendrá una nueva vida en un soporte mucho más masivo e internacional como es un film?
A mí me gusta trabajar en colaboración y en equipo porque me parece que pasan cosas que no sucederían si lo hiciera sola. Había trabajado con Santiago Caicedo, el director del corto Virus Tropical, habíamos hecho un corto juntos, donde la idea original fue de él y el guión lo hizo Enrique Lozano y la música Adriana García Galán que es la esposa de Santiago, todo entre amigos desde hace tiempo. Nos conocimos en Francia y compartimos la misma generación, la misma música, los mismos referentes, todos hacemos artes plásticas, como que tenemos mucho en común.
Hicimos un corto que nos fue súper bien, ganó el Primer Premio de animación en Japón, lo compró Nintendo, le fue re bien, así que Santiago me dijo: “Tenemos que hacer algún día Virus Tropical en película”. Yo le dije que sí, de una. Salió una convocatoria en Colombia para hacer el teaser y dijimos “¡bueno, porque no hacemos el teaser primero y luego vemos como van las cosas!”. Nos ganamos el premio para hacer el teaser y luego ganamos el premio para hacer la película y estoy con las personas con las que realmente debería hacer la película porque nos conocemos de hace rato.
Hay mucha empatía, mucha sincronicidad, no tenemos que hablar demasiado. Es un trabajo en equipo donde cada uno hace lo que le da la gana y hay una confianza en los criterios que toman las otras personas y eso no ocurre normalmente. El guión también lo escribe Enrique Lozano a partir de la novela, la música también la está haciendo Adriana y Nobara, sigue siendo un equipo muy familiar, muy entre amigos y me pareció que era la mejor manera.
Varios estudios fílmicos nos han dicho: “Porque no la hacemos en inglés, en francés, que tiene un montón de posibilidades”, pero a mí me interesa que sea muy latinoamericana, que se escuchen los acentos ecuatorianos, colombianos, que sea hecha en Latinoamérica, me parece genial que no haya pasado esto en Francia, que haya pasado acá porque a mí me interesa acá, y luego si hay repercusión, que suceda afuera sería genial, pero me enorgullece ser latinoamericana, me encanta esta cultura, que pasen cosas con mis amigos y que se muestre nuestra cultura desde acá y no como ellos quieren imponérnosla. A ellos les encanta que se vea la parte política, el sufrimiento y esta bueno que no siempre sea solo eso.
¿Hay fecha de estreno para la película y será en blanco y negro?
La vamos a terminar para el 2016. Ojalá. Casi todo es dibujado a mano, tiene muchos tipos de animación y muchos tipos de dibujo en la misma película. Es en blanco y negro, ¡si y no!, porque uno la va a ver y sí, pero lo que queremos hacer son los contrastes de los papeles con que esta dibujado, que sea mucho el dibujo, está hecha con marcador, con tinta, con lápiz, en papelitos que parecen un poco amarillentos y queremos que se vea como toda la textura del mismo dibujo y de los materiales con los que está hecho. Entonces es a color pero ¡hecho con grises y negros!, y a veces el negro se ve un poco violeta, tiene otros matices que dan el escaneo en color de esos materiales, pero todo es en blanco y negro.
Tu descubrimiento de las posibilidades expresivas del cómic dentro del arte se da en Francia, y justo coincide con el lugar donde surge tu seudónimo. Paola ha recorrido el mundo realizando diversos trabajos de subsistencia, Powerpaola es la artista que decidió convertir su vocación gráfica en una profesión y un medio de vida. ¿Qué diferencias percibes entre Paola Gaviria con tu alter ego Powerpaola?
Powerpaola es el nombre que yo me inventé para la persona que hace. Paola Gaviria soy yo y dejé de sentirme vinculada con mí hacer. Yo no soy lo que hago y se lo conferí todo a Powerpaola.
En una entrevista mencionaste al autor peruano David Galliquio entre tus influencias ¿cómo descubriste los cómics de David Galliquio y que es lo que más despierta tu atención de su propuesta creadora? El mes de julio estuviste en el Perú, invitada a la FIL 2104 de Lima, presentando la edición peruana de “Virus Tropical”, encontrándote con muchos colegas peruanos y montando una muestra relámpago. Coméntanos el balance personal de este reciente viaje al Perú.
Descubrí a David Galliquio por fanzines, un amigo peruano me regaló muchos fanzines y encontré ahí a David Galliquio y por “Carboncito” y me encantó. Desde ahí empecé a seguirlo, a tratar de conseguir todo lo que él hacía. Me encantó el dibujo, como cuenta las historias, que uno pueda escuchar el acento peruano que tiene tantos detalles, me parecía muy chistoso. Que pasen historias dentro de la misma viñeta que no tienen nada que ver con la historia, me gustaba mucho. Me gusta que reflejen su cultura.
Yo tenía muchas ganas de ir al Perú, la primera historieta que publiqué fue en Perú, el 2006 en “Carboncito”, los primeros referentes de historieta latinoamericana que tengo son peruanos, me interesaba mucho lo que pasa ahí, la movida musical y del cómic de Lima y por ello me sentía muy contenta de ir.
Cuando me invitaron al FIL yo ya tenía pensado hacer mi viaje por Bolivia y Perú, y desde ahí irme a Colombia, así que justo coincidió con el FIL y me pareció genial que las dos cosas estuvieran vinculadas y como fui con Pablo Besse, con quien tengo un dúo que se llama “No tan parecidos” pues teníamos ganas de mostrar los dibujos que estábamos haciendo juntos, en diferentes lugares. Habíamos pensado en La Paz, luego no coincidimos con Marco Tóxico que era quien nos iba a ayudar a hacer la muestra, pero Amadeo Gonzales en Lima nos dijo que lo podíamos mostrar en “Los únicos” y por ello hicimos la muestra de “No tan parecidos” ahí. Luego fuimos a Colombia y pusimos la muestra en editorial La Silueta, donde nos sacaron un librito a los dos.
Tu primera historieta la publicaste en la revista peruana “Carboncito”. ¿Cómo se dio la ocasión de publicar en “Carboncito”?
A mi amigo, el que me regaló los fanzines peruanos, le mandé una vez mis primeros cómics y me dijo: “Oye, tengo unos amigos aquí en Perú que tienen una revista y te pueden publicar”, y yo “¡Ay sí, buenísimo!”. Un día me escribieron Amadeo y Renso y me dijeron: “Te queremos publicar, mándanos algo de dos páginas”, ¡y yo nunca había hecho nada de solo dos páginas!, todo era de más de tres y ahí fue mi primera publicación.
En el pasado trabajaste en diversos países ejerciendo oficios de subsistencia, alejados de tu formación profesional. Hoy que radicas en Buenos Aires, descríbenos tu rutina de trabajo ¿Estás abocada a la pintura, a la ilustración, aparte de la historieta? ¿Qué tan difícil es para un historietista poder profesionalizar su vocación y convertirla en un medio que le permita para ganar lo suficiente para llevar una vida sin estrecheces económicas? ¿Has dictado talleres de dibujo o de historieta?
Mi rutina es dibujar todos los días desde que me levanto, en mi casa y me dedico a la historieta, a la ilustración y pinto. Siempre estoy haciendo algo, siempre tengo algún proyecto que hacer. Claro que es difícil sobrevivir en este oficio, ahora estoy bien por lo de la película, pero en general es muy inestable el trabajo de historietista y de ilustrador, no tienes un sueldo fijo, a veces puedes tener mucho y otras nada. Como he tenido una vida austera se vivir con poco, no necesito mucho tampoco. En los momentos de las vacas gordas trato de ahorrar y cuando no tengo plata tengo ahí los ahorros. Trato de vivir con lo mínimo, de no gastar mucho y de sobrevivir de esa manera para no volver a caer en las redes de los trabajos de sudaca, de subsistencia. No tengo ganas de volver ahí pero sé que si en algún momento me quedo sin dinero también existe esa opción, podría ser niñera tranquilamente, mesera, cuidar alguna viejita, podría hacer muchas cosas pero trato de que no llegue ese momento.
Hice talleres de Diario de viaje y de fanzine pero no me siento muy segura dando clases, no soy muy buena. No sé como transmitir, preferiría no hacerlo. Bueno este taller de Diario de viaje si me gusta porque es más vivencial, nos vamos viajando por todo Buenos Aires y yo voy dibujando, mientras esté dibujando con las otras personas, me siento más cómoda, pero enseñando, no sé hacerlo bien, no lo disfruto tanto.
Naciste en Quito de familia colombiana y radicas en Argentina. Realizaste un extenso viaje por Latinoamérica, eres de las historietistas más admiradas y populares de Hispanoamérica y con muchos amigos colegas en Sudamérica. ¿Cómo percibes esa diversidad cultural de la región que convive con un espíritu fraterno de unidad de las personas?
Lo que dije antes, me gusta lo que pasa en Latinoamérica, me parece una cultura muy rica con un montón de matices. Si uno viaja desde México hasta Argentina puede encontrar una unidad en todo y hay un degradé como si fueran colores distintos, en cuanto a la comida, al tono de las voces, a paisaje, parece muy rico y variado. Hay posibilidades de todo, una tortilla de maíz en México, luego las pupusas en El Salvador, las tortillas en Costa Rica, llegas a Colombia y son las arepas. Eso va cambiándose, tienen sabores diferentes, hechos con maíz, así me parece que es con todo, que tiene muchos ángulos y es lo mismo a la vez, es bonito eso.
¿Cómo ves los avances de la movida de la historieta en Colombia, con autores, revistas y donde Entreviñetas, se está consolidando como un festival de magnitud internacional? ¿Mantienes contacto con los creadores de comics colombianos? ¿Crees que Colombia forma parte del relanzamiento que experimenta el comic en Sudamérica durante la última década? Tú has sido protagonista con “Virus Tropical” de esta revitalización de la historieta en la región. ¿Tienes un balance de lo que se ha venido dando en los últimos años?
Es muy interesante lo que pasa en Colombia porque empezaron los chicos de “Robot”: Truchafrita, Joni, Tomás a juntarse y a hacer este pequeño fanzine/boletín que se reparte gratuitamente en Medellín, luego se reunieron con otros autores, con gente de diferentes regiones y es ahí donde comenzaron a darse los avances, lo que hablábamos sobre lo importante que es trabajar en equipo y que ocurran proyectos entre las personas, porque una sola persona no puede lograr eso. Cada vez que voy a Colombia hay más autores. Los primeros historietistas que empezaron lo volvieron un virus contagioso, ahora todo el mundo tiene ánimo de dibujar, ganas de hacer historietas. Cuando hay un nuevo “Entreviñetas”, los que antes recibían talleres ahora son autores. Va creciendo el mundo de la historieta y de la ilustración allá y también es visto con mejores ojos, como más profesional y menos amateur.
Creo que uno de los mayores impulsadores es Truchafrita, de lejos, yo me metí después, ellos venían trabajando desde hace rato. Lo interesante de ese grupo es que no son dogmaticos, no tienen una visión de la historieta como si tuviera que ser de una sola manera, sino que aceptan diferentes visiones, distintas formas de dibujar, formas de contar, que era lo que hacía falta al mundo de la historieta en Colombia, porque antes era muy cerrado.
¿Muy cerrado? ¿En qué sentido?
Antes de lo que está pasando ahora, si no sabias dibujar bien no podías hacer historieta, más o menos esa era la consigna. Aparecieron ellos y le abrieron la puerta a un montón de gente que dibujaba desde otro lugar.
Tu obra más reciente es la novela grafica “qp (éramos nosotros)”, publicada por La Silueta Ediciones (Colombia) en mayo de este año y en septiembre por RIL Editores (Chile). Coméntanos sobre este libro.
El libro “qp (éramos nosotros)” son historietas sueltas que hice de mi relación con Quique. Cuando empecé a realizar estas historietas estábamos juntos, eso fue en el 2006 y se ve la progresión del dibujo, las diferentes facetas de la pareja y se termina en el 2012 cuando se acaba la pareja. Se va a publicar en Argentina con Editorial Común. RIL Editores quería publicarme algo y les dije que tenía algunas historietas sueltas, las primeras que publiqué en “Historietas Reales”, y justo concluyó la relación y me parecía bonito tener todo eso junto, que tenía que ver con el momento que estaba pasando, ahí fue cuando recopilé todas estas historietas. El 2013 el libro ya estaba terminado.
Primera Parte
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