martes, 27 de septiembre de 2011

Los recomendados: “Río Abajo”, de Pascal Rabaté




Por Gabriel Zárate

Río abajo: Publicado el 2006 con el título de “Les petits ruisseaux”, álbum de 96 páginas con guión y dibujos de Pascal Rabaté, para Futuropolis (Francia) y ganadora del Premio de la Crítica Francesa (ACBD) al mejor cómic del 2007. El 2008 llegaría la versión de Norma Editorial (España).

En un bucólico marco campestre de idílico sosiego aldeano se desenvuelve la reposada vida de Émile, un viudo y solitario anciano cuya calmada y apacible rutina cotidiana, sin mayores obligaciones, oscila entre cuidar con delicadeza su hogareño huerto, visitar el bar del pueblo, espacio de vivida inter-socialización con sus habituales parroquianos cargados de ocurrencias y la tranquilidad de pescar a orillas del río junto a su amigo Edmond, otro senil veterano pero de vigoroso entusiasmo, que se resiste a llevar apagados sus últimas temporadas alejadas de la vitalista sexualidad, buscando reiteradamente el placentero disfrute erótico, pintando secretamente provocativos desnudos femeninos, teniendo citas con damas ya entradas en años, aprovechado con plena intensidad el deleite sensual en lo que le resta de valioso tiempo por vivir.

A raíz de un fatal acontecimiento imprevisto, Émile empezará a observar la vida con inquietudes distintas, obligándolo a romper la tediosa monotonía diaria, intentado reverdecer su ánimo sensual acosado por inesperadas fantasías que lo asaltan obsesivamente despertando un pánico abismal. Vejez y soledad se plantean emotivamente como las dos caras de una lacerante moneda, donde sus personajes intentan sobrellevar achaques de los desgastantes años impregnados en su deteriorada salud, dominados por íntimos temores de la frágil senilidad y atrapados en la decrepitud del cuerpo desgastado. Siendo además apabullados por un arbitrario rol castrador de la moralidad dominante.

El apesadumbrado recuerdo agónico de Jeanne, su amada esposa consumida por la quimioterapia, acompañará a Émile como una nostálgica afección espiritual no cicatrizada en su incierta travesía, en una búsqueda de reencuentro iniciático con pesaroso y crítico ánimo de fatal despedida: La casa campestre donde transcurrió su pueril infancia. Finalmente lo que conseguirá es replantearse una nueva oportunidad revitalizante y desenfadada de disfrutar y vivir una carnal sexualidad ya excluida, un maximizado desborde apasionado que resulta grotesco para el convencionalismo habitual de la gente sobre personas de la tercera edad.

Según Octavio Paz, amor y erotismo son indesligables: “No hay amor sin erotismo como no hay erotismo sin sexualidad…el elemento erótico, la atracción hacia un cuerpo” (1). Pero también se pregunta: “La juventud es el tiempo del amor… ¿Podemos amar a un cuerpo envejecido? Es muy difícil aunque no enteramente imposible. Recuérdese que el erotismo es singular y no desdeña ninguna anomalía” (2) Siguiendo a Octavio Paz, la sexualidad en la ancianidad seria una anomalía del erotismo. Precisamente “Río abajo” refleja en el caustico enfoque narrativo de Pascal Rabaté, una feroz mirada crítica, que implica la búsqueda de una sensible e incisiva reflexión provocadora en el lector, sobre el estéril rol mortecino del anciano, relegado por nuestra sociedad contemporánea, negándole el Eros y atribuyéndole solo el Tánatos: Los opuestos complementarios intrínsecos en la interioridad psíquica del individuo.

Un sutil y deleitante trazado de delicadas líneas contorneadas, con cálidas tonalidades pastel que plasman la iluminada y colorida campiña francesa de idílicos paisajes labriegos, retratando las bellas y risueñas imágenes mínimamente perfiladas pero expresivas, de cargado matiz humorístico, reforzando con ello la percepción de una atmosfera de suavidad cromática el esperanzador optimismo del relato plasmado en la diáfana claridad del dibujo esbozado. Empleando un promedio de nueve viñetas por página, se consigue una refinada meticulosidad en la sucesión pausada de los mínimos detalles gráficos del secuencial ritmo narrativo, dándole tenue agilidad, con marcada elegancia y diestra solvencia a la historia, con una precisa y dosificada economía del los textos como estrategia gráfica-discursiva.

Redescubrimos con asombro que el sentido y motor del diario vivir descansa en la básica capacidad humana de amar y ser amado, superando nuestra edad cronológica y que nunca jamás es tarde para crecer como personas, brindándonos una nueva oportunidad de rehacernos y de disfrutar la plenitud de la erótica pasión sensorial. Un bello final circular que nos resulta entrañable, marcado por el adverso conflicto que provoca una mórbida búsqueda concluyente, un esperanzador encuentro fortuito que simboliza una evolución individual y el impetuoso retorno transformador, recuperada la ilusión del diario continuar, liberado de apresadores y paralizantes prejuicios. Culminando en el esplendor luminoso de una optimista senectud más humanamente digna de ser plácidamente vivida y gozada a la vez.

Octavio Paz: "La llama doble: Amor y erotismo". 1993. (1). 116-117p/(2). 213p

No hay comentarios:

Publicar un comentario