Por
Gabriel Zárate
Astiberri
Ediciones (España) anuncia, como novedad de abril,
en su Colección Sillón Orejero, la
publicación de la novela gráfica “El
cumpleaños de Kim Jong-il”, obra francesa con guión del narrador Aurélien Ducoudray (1973) y dibujos de la historietista Mélanie
Allag. L'anniversaire de Kim Jong-Il fue publicado en agosto del 2016 por Éditions Delcourt (Francia). “El reportero Aurélien Ducoudray se ha
documentado e inspirado en los testimonios de los pocos norcoreanos que
consiguieron huir de su país y pudieron contar su infancia allí. Junto con
Mélanie Allag, firma un intenso relato sobre el paraíso comunista del dictador
Kim Jong-il, visto a través de la mirada de un niño que va descubriendo la otra
cara del régimen mientras se van resquebrajando todas sus creencias”. “El
cumpleaños de Kim Jong-il” es un libro de 144 páginas a color. Novedad de abril.
“En la República Popular Democrática de Corea del Norte, hay dos personas
más importantes que nuestro padre y nuestra madre, nuestro querido general Kim Il-sung y su hijo Kim Jong-il. Como los queremos mucho,
colgamos sus fotos en todas partes... En las calles, las fábricas y las casas.
Incluso hemos levantado estatuas gigantescas donde depositamos flores por su
cumpleaños. Me llamo Jun Sang, tengo
8 años y soy un joven de la Corea
liberada. La vida es importante para mí, la esperanza en un futuro radiante,
también. Sin embargo, mi vida, mi esperanza, mi felicidad valen menos que la
patria”. Así describe Jun Sang, un
niño normal y corriente de Corea del
Norte, los pilares que rigen su vida diaria.
“Su padre trabaja en la mina y su
madre en una fábrica de confección, tejiendo uniformes. En la escuela le han
enseñado que sus enemigos son los americanos y los surcoreanos, y que la única
persona que los puede proteger de todos los males es Kim Jong-il, también llamado “dirigente
mundial del siglo XXI” o “padre
bienamado”, el sucesor del difunto Kim
Il-sung, que los guiará hacia la realización del milagro socialista. En sus
ratos libres ve series que glorifican al líder en el canal único de televisión,
y con sus amigos lee tebeos que narran la pésima vida de los surcoreanos. De
vez en cuando asisten a una ejecución pública y recogen los casquillos de las
balas, que traen suerte. Es un niño feliz, con una fe ciega hacia el régimen.
Pero la hambruna los asola, no queda comida en la ciudad, tampoco en el campo.
Cuesta conseguir el cuenco de arroz diario, y a veces toca cazar ratas. A la
familia de Jun Sang no le queda más
remedio que huir hacia China para
intentar llegar a Corea del Sur,
pero no será tan fácil escapar del país...”. (Nota de Prensa).